El Superávit presupuestario del Ayuntamiento de Madrid es una de las grandes falacias que circula por los cenáculos políticos, por los medios de comunicación y por las tertulias de alto copete de nuestra sociedad española. Utilizan este concepto como si fuera un argumento de autoridad, una cita bíblica o una incursión en el realismo mágico. Simplemente son argumentos sutiles y persuasivos, formas de una posverdad (1).
Cuando una Administración Pública tiene Superávit Presupuestario hay que preguntarse por qué ha sucedido. No hay que conformarse con la primera idea y afirmar precipitadamente que esa situación es una señal inequívoca de buena gestión (2) de los recursos públicos.
Una Administración Pública no es un ente empresarial que persigue el beneficio a toda costa. El equilibrio presupuestario es lo ideal, incluso un poco de superávit es visto con buenos ojos. Pero ese equilibrio presupuestario se puede alcanzar a muchos niveles: 2.000 M€, 3.000 M€ ó 4.000 M€.
El excesivo superávit, como ha sido el caso del Ayuntamiento de Madrid en los últimos años (ver cuadro adjunto de 2017), puede tener otras lecturas:
- Un cálculo erróneo de las necesidades financieras de los proyectos que sus dirigentes deseaban realizar en dichos años. En el año 2015, los nuevos ocupantes de este Ayuntamiento se encontraron con más dinero del que nunca habían imaginado y, año tras año, no han sabido producir ni realizar la provisión de aquellos bienes y servicios locales (ya hablaremos de sus costes) que sirven para incrementar el nivel de vida urbano, ni de esas inversiones que dan prestigio a la Capital de España ante la nación y ante el mundo. Mucha gente, cada vez más, se fija en la gestión urbana de estas grandes ciudades para ver si merece la pena realizar inversiones en ellas, como sucede en Los Ángeles, San Francisco o San Diego; en Londres, Paris o Milán.
- Una presión fiscal excesiva sobre los ciudadanos a base de incrementar los tributos o dejarlos como los encontraron (una forma sibilina de subirlos). Analizando estas variables, uno se da cuenta de la impresionante cantidad de formas de exprimir los bolsillos de los madrileños que existen hoy día. Además de los clásicos impuestos locales, se han inventado una multitud de tasas por servicios pagados con los impuestos, precios públicos (un oxímoron), multas (sablazos autoritarios), etc. etc. Pero lo más grave es que a los dirigentes de este municipio les importa un bledo el esfuerzo fiscal adicional que tiene que realizar cada contribuyente madrileño (machacado por los tributos estatales y autonómicos). Les importa un bledo el agobio personal de los ciudadanos que ven mermada su renta disponible hasta límites de la confiscación fiscal ¿Por qué no devuelven ese superávit a los ciudadanos?
- Un exceso de transferencias del Estado a través de la participación en los tributos del Estado, ya sea mediante de la cesión de la recaudación de algunos tributos estatales, ya sea a través de la participación genérica en esos tributos estatales. Durante el ejercicio de 2017 el Municipio de Madrid recibió del Estado por ambas vías más de 1.600 millones de euros. ¿Por qué no han cuestionado la fórmula de cálculo para no tener tanto Superávit?…..Porque les beneficia, y……. entonces callan.
¿Qué hicieron con 1.057 M€ de superávit? Lo que les obligaba la ley: la mitad (518 M€) lo emplearon en amortizar Deuda Pública (cantidad que representa el 12% del Gasto total en 2017) y el resto intentarán convencernos que durante 2018 van a ejecutar miles de proyectos beneficiosos para la ciudadanía (3).
De momento (30/06/18) han presupuestado (con el Presupuesto prorrogado en ese momento) 1.256 M€ en operaciones de capital y han ejecutado el 9%.
A la luz de la Liquidación de los Presupuestos de 2017, el Ayuntamiento de Madrid, sus Organismos Autónomos y sus Entes Administrativos (4) se han gastado el 70% de sus Presupuestos en gastos de funcionamiento (31% en gastos de personal y 39% en bienes corrientes y servicios). Es que se lo comen casi todo.
Si hubiesen gastado parte de esos gastos en aquellos programas de inversión que las normas de ámbito local les indicaban (aquéllos proyectos que eran deducibles en el cálculo de ese límite de gasto), no hubiesen tenido ningún problema. Pero no lo hicieron porque no supieron o porque no quisieron. Y de lo poco que hicieron (150 millones de euros) están presumiendo ante todos los ciudadanos de lo estupendos que han sido. Presupuestaron 964 M€ en operaciones de capital y solo ejecutaron el 22,5%
Los números de 2017 reflejan una realidad dura que ellos mismos han creado, porque solo dedicaron a inversiones reales, por uno u otro método, un raquítico 7% y a transferencias de capital, un 3%. Total, a gastos de operaciones de capital solo dedicaron el 10% de los Gastos totales.
No hay problema, el nuevo Gobierno del Estado ha anunciado que va a suavizar esas rigideces presupuestarias (es decir, va a dejar barra libre en gastos de inversión) para que puedan gastar esos superávits en inversiones que beneficien a la “ciudadanía”. Dicho en román paladino, hay que poner a punto las respectivas máquinas electorales: inaugurar rotondas, hileras de flores, algún retoque de asfalto, algún patio de colegio o alguna fachada de los múltiples edificios que tiene el Ayuntamiento. Ya saben, inversiones «electoralmente» productivas.
A la vista de estos datos, conviene decir que a los actuales dirigentes de esta Administración Local solo les importa mantener una maquinaria burocrática mastodóntica. Los dirigentes del Municipio de Madrid estiman que en 2018 Madrid tendrá 44.000 empleados públicos (redondeando):
- 19.400 los Órganos Centrales del Ayuntamiento,
- 6.400 los Distritos,
- 7.400 los organismos autónomos,
- 800 las empresas consideradas Administración Pública y
- 10.000 el resto de las sociedades municipales) (5).
Más que todos los órganos de la Unión Europea.
¿Qué van a hacer en 2018? Más adelante lo veremos, porque acaban de aprobar el Presupuesto para 2018 en julio de 2018. Así es, como lo leen: a mediados de julio.
¡Qué aberración presupuestaria! ¡¡ Si ya tienen gastado la mitad del presupuesto a través de la prórroga del Presupuesto de 2017!!
Notas:
(1) Posverdad: distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. Los demagogos son maestros de la posverdad (Diccionario de la Lengua Española).
(2) La buena gestión viene avalada por la eficacia: grado de cumplimiento de los objetivos perseguidos; y por la eficiencia (estática): cumplimiento de esos objetivos con los recursos de que se dispone en ese momento, evitando el despilfarro. De la eficiencia dinámica ya hablaremos.
(3) “ciudadanía”: un concepto político indeterminado. No significa nada concreto. Como ocurrió con “pueblo”, “gente”, “soberanía”, “soberanía popular”, etc.
(4) El Sistema de Cuentas Europeo, SEC-2010, considera Administración Pública a todos los Entes Públicos, con independencia de su forma jurídica, cuya financiación es mayoritariamente pública. En nuestro caso son el Ayuntamiento, los Organismos Autónomos, el Consorcio de Rehabilitación y Equipamiento de Teatros de Madrid y las siguientes Sociedades Mercantiles: Madrid Calle 30 SA; EM de la Vivienda y Suelo de Madrid SA; Madrid Destino, Cultura, Turismo y Negocio SA.
(5) Datos tomados de los documentos del Presupuesto presentado.
[…] económico y financiero de una Administración Pública. Pero casi nadie tiene en cuenta las razones por las que se llega a él (un cálculo erróneo de los ingresos, una excesiva presión fiscal sobre los ciudadanos o un […]